En muchas relaciones jurídicas es importante la confidencialidad sobre los conocimientos a los que se acceden como consecuencia de aquellas.
Tanto si se confección un contrato de confidencialidad separado, como si es parte de un contrato más amplio, se deberán establecer con claridad los siguientes puntos:
1.- Objeto: Especificar con detalle los puntos que se consideran información confidencial y los que no.
2.- Derechos y obligaciones: Establecer la obligación de guardar el secreto, con detalle de los usos de la información que se consideran válidos y los usos que se prohíben. Se debe extender la obligación de confidencialidad a los colaboradores de la parte que firma el acuerdo.
3.- Excepciones a la obligación de confidencialidad: Se deben determinar las situaciones en que se puede romper la confidencialidad, por ejemplo en el caso de obligación legal de hacer pública una información o la orden de un juez).
4.- Propiedad de la información: Es conveniente dejar claro quién es simple beneficiario de la información y quién es el titular de la misma.
5.- Gestión de la información: Se deben establecer los mecanismos mediante los que se intercambia la información, y las garantías para evitar que la información trascienda fuera del ámbito del contrato.
6.- Cláusulas penales: Cuales serán las consecuencias para las partes en caso de que se incumplan las obligaciones acordadas.
Estas cláusulas le ayudarán a proteger la información relativa a sus contratos, aunque debe tener en cuenta que en caso de tener que llegar a un proceso, la prueba de la “violación” de la obligación y del daño sufrido, serán fundamentales. Si necesita firmar un contrato de confidencialidad, asesórese por profesionales.
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